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lunes, 6 de diciembre de 2010

Punto de partida

 Por Santiago Giorello

 Tierras expropiadas a lo largo de la historia. Herederos del genocidio de  Roca dispersados en la naturaleza. Pueblos oprimidos. Un plan perfecto que llama a romper su paradigma. A todo esto,  la lucha de los pueblos originarios.

El primer viaje del proyecto de voluntariado convocatoria 2010  “Nuestra Propia Voz” se hizo realidad, con la firme idea de retornar en unos meses con un proceso que recién comienza. La comunidad Painefilú fue testigo del trabajo en conjunto con docentes y estudiantes  de la  Universidad Nacional de La Plata.

Los Mapuches con los que trabajamos en la Escuela Mama Margarita – antes gestionada por monjas, ahora de ellos- viven a poco más de veinte kilómetros de Junín de los Andes, en la Provincia de Neuquén. El paisaje inmensamente bello se contrasta con la palabra de Maitén, una joven luchadora con ansias de futuro próspero: “todo lo que vieron desde que llegaron pertenece a terratenientes que nunca vamos a conocer”. Es que el poder económico diseñado por una cultura colonizadora provocó primero un exterminio racial, y luego un dominio concreto a través del uso de las tierras.

Si alguien quiere realizar alguna actividad deportiva en los fotogénicos lagos bajo las montañas de la pre – cordillera Andina tendrá que estar atento, porque los serenos de esos infinitos campos estarán al asecho para disparar con armas. Así han perdido la vida decenas de personas en la última década, entre ellos Cristian González. 

Mas allá de esto, hay motivos para creer en la esperanza. Ahí estaba como parte del taller el “Payla”, Presidente del Centro de Estudiantes del joven colegio secundario Nº 537 donde más de 150 mapuches asisten cada día provenientes de los lugares más remotos de las montañas.


Los profesores y directivos son criollos, y es un aspecto a cuestionar. No obstante hay motivos para contrarrestar esta tendencia. “Empezamos a ver que algunas demandas no se hacían concretas y empezamos a organizarnos, para que en el futuro se crezca de manera colectiva”, decía Payla, de 21 años, con la mirada firme. Hace unos meses junto a cincuenta jóvenes marcharon al municipio para exigir demandas estructurales a las autoridades.

Matías es otro personaje particular que integró el Taller de comunicación. Es el representante de los pueblos originarios en el Consejo Federal de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Con carácter rebelde y firme convicción, destaca que los docentes cobran el doble por estar en una zona rural, y refleja la importancia de fortalecer la cultura Mapuche con “gente de su pueblo” que conozca la tradición histórica.



Los talleres de comunicación y más personajes





Los docentes que se hicieron presentes dieron talleres de comunicación con la intención de fortalecer esa herramienta clave para el desarrollo de los pueblos.  



La FM “Che” 91.1 entrevistó a los integrantes del proyecto, esperanzados en que se continúe con una línea progresiva en el tiempo y que se pueda adquirir el máximo compromiso de la comunidad con espíritu crítico y reflexivo.

Es que en Junín de los Andes hay realidades distintas. Por un lado, los sectores favorecidos en un proceso histórico con casas envidiables y diseños modernos. Por otro, los excluidos de toda índole con casas de adobe y servicios elementales ausentes, como las 100 familias que no tienen agua y luz en un barrio periférico. “Los circuitos turísticos están diseñados para esquivar la pobreza”, expresa Leilén, una pobladora de la ciudad.

Trabajos en conjunto, ensayos frente al micrófono y la culminación con un programa radial fueron algunas cualidades de estas actividades, que se ampliarán en viajes futuros a principios de 2011. La devolución de los universitarios estará dada en un producto radiofónico, uno audiovisual y la futura creación de un producto gráfica para que les quede como elementos indispensables para su cultura.



El pasado de la comunidad, la situación actual y las esperanzas a futuro fueron características claves que se evaluaron en conjunto. La mayoría eran jóvenes de entre 15 y 30 años con ganas de crecer, de romper esa historia violenta que despojó a los pueblos originarios.

Según cuentan en 2004 se realizó una masiva marcha de jóvenes por los constantes golpes recibidos a lo largo de la montaña por parte de estancieros, y constituyó “una bisagra” para plantear el debate del abuso del territorio.

Además, los distintos testimonios recogidos sobre históricas personas dejan en claro que la constitución de Parques Nacionales también despojó a los Mapuches de sus tierras.

Si hay que destacar a una persona , tenemos que mencionar a Rosa Cañicul. Con cien años es la más antigua de la comunidad. Declarada mujer del año por la Provincia de Neuquén en 2009, mantiene recuerdos intactos de lo que sufrió junto a sus pares a lo largo del Siglo XX. “Se cerró la cultura, hicieron que dejemos de sembrar nuestra comida para ir a comprar los productos a Neuquén”, indica con indignación, y agrega: “cuando invadieron los colonizadores, de ser dueños de la tierra pasamos a ser peones”.

En fin, el proyecto recién comienza y vendrán nuevos talleres, nuevos encuentro e intercambio de experiencias, con aspectos a mejorar y fortalecer. Es un punto de partida para  continuar la lucha de los Mapuches en pos de la conquista de sus derechos, vulnerados históricamente.

 

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